Un grupo de investigadores de diversas entidades como el Centro I-mar de la Universidad de Los Lagos, IFOP, Núcleo Milenio de Agronomía Marina de Algas (MASH, por su sigla en inglés) y del Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB) participaron en el estudio, quienes tras el análisis filogenético confirmaron la identidad taxonómica del espécimen como S. japónica, donde también se reveló una similitud genética con los cultivares híbridos S. japonica × S. latissima Sanhai y Rongfu.
«En abril de 2021, varios especímenes adultos se volvieron fértiles en el centro de cultivo, y el laboratorio y las meiosporas liberadas pudieron convertirse en embriones después de 15 a 20 días de incubación. Estos hallazgos subrayan el riesgo de que estas algas se dispersen y colonicen el hábitat natural circundante, con impactos potenciales en los ecosistemas costeros locales», destaca el informe.
La transferencia global de especies marinas por medios humanos es motivo de gran preocupación para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible de los recursos costeros y oceánicos.
Los investigadores señalan que a medida que la demanda global de biomasa de macroalgas continúa aumentando, junto con la disponibilidad de cepas de alto rendimiento, es probable que los intereses en expandir las áreas cultivadas promuevan la introducción intencional de especies comerciales de macroalgas en nuevas áreas geográficas. Un caso reciente de introducción de macroalgas con fines acuícolas ocurrió en el sur de Chile.
En noviembre de 2020, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), entidad gubernamental encargada de la protección y fiscalización de los recursos hidrobiológicos, recibió una denuncia ciudadana sobre el cultivo ilegal de una especie de algas no nativas en canal Caicaén, Calbuco, sur de Chile.
El centro de cultivo de algas marinas se estableció en un área de intensa acuicultura de salmón, macroalgas nativas y bivalvos. Esta introducción fue ilegal porque no cumplió con las normas vigentes para la importación de especies hidrobiológicas en Chile. En consecuencia, las autoridades nacionales declararon el área del canal Caicaén como “zona de plaga” por la presencia de este alga exótica y cerraron el centro, obligando al propietario a retirar la biomasa en pie.
Fotografía: Dr. Alejandro Buschmann, Centro Imar, ULagos, Núcleo Milenio MASH.
