Bárbara Ulloa Anabalón realiza pasantía en EE.UU. para investigar la relación entre el microbioma intestinal y el Parkinson

La instancia representa una valiosa oportunidad para aplicar los conocimientos adquiridos en el estudio del microbioma marino a un contexto biomédico, demostrando la versatilidad de las herramientas de modelamiento metagenómico y su potencial impacto en la salud humana.

La estudiante de Magíster en Ingeniería con mención en Química y parte del equipo del Núcleo Milenio MASH, Bárbara Ulloa Anabalón, se encuentra realizando una pasantía en el Knoebel Institute for Healthy Aging en la Universidad de Denver, Estados Unidos, con el objetivo de estudiar modelamiento metagenómico de comunidades microbianas, pero con una aplicación distinta: en esta ocasión, su investigación está orientada al estudio del microbioma intestinal de pacientes con enfermedad de Parkinson.

De acuerdo a la ingeniera Civil en Biotecnología de la Universidad de Chile, en «esta pasantía se orienta a lo mismo que realizo en mi tesis en MASH, el modelamiento metagenómico de comunidades microbianas, pero en este caso aplicado a pacientes con Parkinson. Uso las mismas herramientas bioinformáticas para analizar muestras intestinales de estos pacientes y desarrollar modelos que permitan comprender mejor la relación entre el microbioma y la enfermedad», explicó Bárbara sobre su trabajo en Denver.

Este proyecto está estrechamente vinculado con la iniciativa liderada por Martha Carlin, fundadora de una organización dedicada a la investigación del microbioma intestinal y su conexión con enfermedades neurodegenerativas. Inspirada en un estudio pionero de 2014 que estableció una relación entre las bacterias intestinales y los fenotipos de la enfermedad de Parkinson, Carlin desarrolló una fórmula probiótica especial para su esposo, quien padece esta condición. Desde entonces, su organización financia proyectos de investigación en esta área.

«La intención de investigar el microbioma intestinal de pacientes con enfermedades neurodegenerativas es porque se ha observado en estudios científicos que la presencia de ciertos tipos de bacterias y la expresión de determinadas proteínas o enzimas pueden ser indicadores de Parkinson hasta 20 años antes de su diagnóstico», señala la científica.

Actualmente, ella es la única investigadora trabajando con estos datos dentro del proyecto y está gestionando un financiamiento de 3.000 dólares para el procesamiento de los datos obtenidos.

¡Como núcleo le deseamos todo el éxito en esta gran oportunidad!